Dos primeras actrices más allá de los estereotipos femeninos

Por Lauri Cristina García Dueñas

            Gracias a la obra de teatro “La más sola y la más fuerte” pude sentir algo importante y singular que hace mucho tiempo no sentía al ver subirse al escenario a las primeras actrices Naara Salomón y Regina Cañas, dirigidas impecablemente por Roberto Salomón. Mi ser de espectadora teatral no daba crédito de estar presencialmente frente a estas dos primeras y tremendas actrices, luego de los años grises de pandemia y postpandemia.

            El término primera actriz se refiere al rango y a la trayectoria de las actrices que han cautivado a las audiencias por muchos años de exitosa carrera y, en este caso, ambas lograron impactar hondamente al público que abarrotó el teatro, llevándonos desde la risa desenfrenada hasta la reflexión dolorosa en poco más de una hora. Y sorteando ampliamente los clichés o estereotipos femeninos para develar eso que la filosofía denomina condición humana y la psicología, arquetipos del inconsciente colectivo. 

            Dos obras en un acto: la primera del Premio Nobel de Literatura, Darío Fo, la segunda, del gigante del teatro moderno, August Strindberg. La obra estuvo enriquecida con textos de Tennessee Williams y Alfonsina Storni.

            Una mujer “sola” pero “engentada”, habitante de un edificio populoso, encerrada y atrapada en el trabajo del hogar y de cuidados, y en una vida sexual y de pareja insatisfactoria, celebra la llegada de una vecina con la cual, por fin, puede desahogarse, contarle las sinuosidades de sus tribulaciones y deseos y nosotros reírnos a mandíbula batiente. Regina Cañas apareció genial en su capacidad de hacernos carcajear a pesar de lo triste de la historia. 

            Luego, Cañas también encarna una mujer casada cuyo marido le es infiel con una actriz de teatro y, al encararla, reproduce la competencia en la que las mujeres fuimos adiestradas, pero también navega en la complejidad de este vínculo esposa-amiga-amante. Naara Salomón, sin decir palabras, hablando con su cuerpo y con toda la gesticulación e interpretación virtuosas de años de oficio, nos comunica lo difícil y sufriente que puede ser ser la amante de un hombre casado. 

            De las partes más climáticas y que más disfruté, fue su encarnación de la fantasía de una mujer citadina que huye del mundo y las convenciones sociales para envejecer y morir “sola”, en profundo abrazo consigo misma, en un pequeño hotel de la costa.

            Quiero destacar también lo minimalista pero pleno de exactitud de la escenografía, utilería, iluminación y vestuario. Lo cual abrió el espacio para que las actrices lucieran su experticia. 

            Y toda esa amalgama de historias y sentimientos, no hubiera podido fluir hacia el público sin el escalpelo del director Roberto Salomón marcando los trazos y las intensidades. Una muy precisa dirección, para llevar a los textos y a las actrices a provocar todo tipo de emociones humanas que golpearon el plexo solar de la audiencia. Aplausos de pie a estas grandes actrices, epítome de las mujeres libres y deseantes de nuestro país y a su director que las acompañó artística y técnicamente a deleitarnos. Son de esas obras que una recomendaría para una segunda temporada o festival. 

 

Actúan: Naara Salomón y Regina Cañas
Director: Roberto Salomón

Producción: Fundación Poma y Teatro Luis Poma

Valor del boleto: $10

Entradas a la venta en boletería:
Martes y miércoles de 2:00 a 6:00 p. m. y de jueves a domingo a partir de las 2:00 p. m. y en el sitio web: https://www.teatroluispoma.com/

Funciones del 4 al 14 de mayo:
Jueves y viernes 8:00 p. m.
Sábado 5:00 y 8:00 p. m.
Domingo 5:00 p. m.

 

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